Movida por los Nervios

El me esperaba a las cuatro de la tarde cerca de la estación del tren. Al cruzar las vías lo identifique enseguida. Llevaba puestos unos jeans y una remera blanca que hacía juego con las zapatillas de cuero. No estaba hecho un linyera, como acostumbraba estar.
Caminamos una cuadra y lo detuve. Estaba completamente asustada y en el fondo no sabía si en su casa hacía alguien mas o si estaríamos solos. Pero luego, confiada, recordé la frase: "no va a pasar nada que vos no quieras". Eso me animó a seguir caminando, dado que yo tenía las cartas de mi destino y sabía hasta que punto llegaría.
Llegamos, abrió la puerta y subimos las escaleras largas y bastante estrechas. En la cima nos esperaba otra puerta que debía abrir, pero en vez de eso, me agarró por mi escasa cintura y me dió el beso mas lñargo y dulce que nunca antes me había dado. Creo que ahí se dió cuenta que no necesitabamos planificar todo; que las cosas se darían de manera natural.
Sus labios hablaron con los míos dando ánimos, agradeciendo que estaba ahí con él y aconsejándome que le diga adios a los nervios y a mi inseguridad.
Se separó de mi y abrió la puerta invitándome a pasar al living donde me esperaba la mujer. La casa no decía mucho, y comparada a la mía era bastante inferior. Pero me daba igual.
La mujer era alta, de pelo castaño y poseía los mismos ojos que el hijo. Me saludó amablemente -pues me preguntó como me sentía, como estaba- aunque de una menra bastante rea. Su "hola che, como estas?" no me convencía. Mas que nada el "che"... yo no era ni su vecina, ni una prima, ni su amiga... la verdad es que me dejó retumbando en la cabeza el "che" y me pareció lo mas inadecuado para la situación. Quizás a ella le parecía moderno pero quedó bastante anticuado.
Y cada vez que la miraba recordaba a ese tipo de madre posesiva qye bi deha que sus hijos crezcan, que se relacionen.
Parándome ahora en mis 18 -casi 19 años- tengo que reconocer que fue una sitacuón graciosa. Y el premio a la gracia me lo llevo yo y mi pregunta desubicada tal vez. Pero yo sentía que el fuego recorría mi cuerpo y cada vez tenía mas sed.
- ¿tiene coca light?
-...
Por dios!! ¿coca light? que pregunta! Ni que fuera ella una moza! Pero no tenía... no tenía coca light, coca común, sprite, pepsi (o pecsi).... no tenía nada mas qe agua y esas gaseosas de segundas marcas que tanto detestaba.
Todavía me pregunto su quedé tan descolocada. Tal vez debería esperar a que ella me pregunte si quiero tomar algo. Pero mis nervios me jugaron la mala pasada y me dejaron completamente sedienta y cambiando las posiciones de mis piernas constantemente.
Otro acontecimiento sucedió el mismo día cuando, antes de irme pasé por el baño. Y no pude no mirar el techo -que se caía a pedazos- y la bañadera... con tangas colgadas en la ducha. Nunca había visto ropa interior tan pequeña en mi vida! Pienso que la mujer esta no se dio cuenta que el baño era un completo desastre. O quizás me quiso espantar... todavía no se por qué Ema tenía esos arranques de pendeja, siendo una mujer de 49 años... Todavia no lo sé.
Sigo pensando si no habré quedado desubicada....

¿hicieron o dijeron alguna boludez impulsados por los nervios?